Decir NO con la técnica del bocadillo

20.10.2016

En la sociedad actual, hay muchas razones por las que nos cuesta decir "no" y casi siempre dependen, por supuesto, de la persona y de la situación. Hay determinadas situaciones que es imposible decir "no", como que tu jefe te pida que realices un trabajo fuera de tu horario laboral. Pero hay otras situaciones, que nos resultan más fáciles para responder "no", como cuando nos piden limosna por la calle.



La dificultad para decir "no", es ...algo adaptativo, como casi todas las conductas humanas, en las cuales existen los extremos y cuanto más nos acerquemos a uno de ellos, más problemas tendremos. Por un lado, están las personas que no les cuesta decir "no", seguras de sí mismas, pero con poca capacidad de empatizar con las necesidades de los demás. Al otro extremo, están las personas a las que les resulta imposible decir "no" y viven su vida dedicados a cubrir las necesidades de otros, olvidándose de las suyas propias y quedando prácticamente anulados.
En muchas ocasiones, la respuesta del "no" es la forma de mantener nuestro propio criterio y defender, a pies juntillas, nuestra postura ante determinada situación. Cuando alguno de nosotros, queremos decir "no" y lo decimos, sin sentirnos culpables por nuestra respuesta, aumenta nuestra seguridad y nuestra autoestima.
Para aumentar la seguridad y la autoestima es muy importante saber decir "no" de forma clara y sin llevar a malos entendidos, pero siempre intentando que la otra persona no se sienta ofendida. Por este motivo, a la hora de decir "no", hay que ir al grano del asunto, dando las razones necesarias a nuestra negativa, sin escusas ni justificaciones absurdas.
No hay que perder de vista que el peor "no" es aquel que no hemos sido capaces de decir por miedo, culpa o por indecisión. Ese "no" se queda dentro de nosotros y hace que disminuya nuestra autoestima, lo cual provoca que acumulemos rencor y resentimiento en nuestros adentros.
Aunque existen numerosas técnicas para decir "no", una de las más efectivas es la técnica del bocadillo. Consiste en disminuir la carga negativa de nuestro "no", con la empatía y el refuerzo positivo. Tras una petición, lo primero que hay que hacer es
empatizar con el otro o expresar algo positivo, para que se abran los canales de comunicación y favorecer la escucha de nuestra respuesta. Acto seguido, el "no" acompañado de un pequeño argumento, carente de excusas y justificaciones, y para finalizar, tendremos que empatizar o expresar algo positivo para reducir la carga negativa de ese "no" y evitar que la otra persona se sienta ofendida. Es muy importante que el lenguaje verbal del "no", valla acompañado de un lenguaje no verbal que transmita contundencia y seguridad, pero que no resulte agresivo.